Parte final do filme «Las Trece Rosas»
«Las trece rosas fueron elegidas para morir entre las 4.000 reclusas
hacinadas en Ventas en un espacio pensado para 400 (más de 280.000
presos políticos se contaban en 1939 en España). ¿Por qué ellas y no
otras? El escritor Jesús Ferrero imagina una posibilidad literaria y
azarosa en su libro: "Roux, Cardinal y el Pálido habían comido
opíparamente en el Ritz y se sentían alegres (
). Una hora antes les
había llegado la orden de elegir a quince mujeres, preferentemente
menores de edad, para conducirlas a juicio. Ya en comisaría, una señora,
que se sentía agradecida porque habían liberado a su hija, le regaló al
Pálido un ramo de rosas. Eran quince
El Pálido lo cogió y, mirando a
Cardinal y a Roux, dijo: 'Señores, ha llegado el momento de decidir
quiénes van a ser las quince de la mala hora. Bastará con ponerle un
nombre a cada una de las rosas
Empezaré yo', dijo tomando una flor. 'Y
bien, esta rosa de pasión se va a llamar Luisa. No conseguí que esa
bastarda pronunciara una sola palabra en los interrogatorios. Por poco
me vuelve loco'. 'Y ésta, Pilar', dijo Cardinal. 'Y ésta se va a llamar
Virtudes', susurró el Pálido con precipitación. 'Y ésta, Carmen', dijo
Cardinal. 'Lo merece más que nadie. Nunca me miró bien esa condenada'.
'Y ésta, Martina', anunció Roux. 'Está siempre ausente. Seguro que ni
siquiera se va a dar cuenta de que ha muerto".
aqui em El País de 11.12.2005
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