13 maio 2013

Uma revista espanhola trimestral

Uma espécie de 
The New Yorker sobre futebol



EDITORIAL Verano 2012

Futbolizar la cultura o culturizar el fútbol. Esta publicación es un humilde intento por conseguir esos objetivos. Introducir en el mercado del arte impreso y audiovisual una pelota o sembrar letras en la hierba requiere visión de juego. Quién mejor que un líbero para emprender esa tarea. Un jugador que se adelanta a las jugadas, analiza mejor que nadie el esquema y sobre todo, hace mejor a todo el que se relaciona con él.


El líbero es un defensa que ataca. En el ostracismo desde que el fútbol se autodenomina moderno, esta posición táctica es la única capaz de enseñar, a todo aquel que se acerque a este maravilloso juego, a ver el fenómeno fuera de la caverna de Platon. Desde que este jugador desapareció de las pizarras de los vestuarios en favor del doble pivote, pongamos que los años 90, el deporte ha caminado al galope hacia la banalización. El aficionado, a veces, sólo se aproxima a un bombardeo de imágenes reflejadas en la pared platoniana.

Los héroes cambian de domingo a miércoles -o de lunes a jueves, o de martes a sábado- gracias al consumismo que muchas veces encumbra a jugadores con pies de arcilla. Los empeines de porcelana se pierden en las categorías inferiores donde las tragedias y la debilidad humana no tienen cabida. ¿Dónde habita el fútbol de verdad? El primer ejemplar de Líbero busca en el pasado para revitalizar las emociones de este deporte. La memoria no es un simple ejercicio de nostalgia. Para pasar página, hay que leerla primero.

Albert Camus dijo que desde la portería aprendió mucho en la vida de las grandes ciudades, “donde la gente no suele ir siempre de frente”. “La pelota nunca viene por donde uno espera que venga”, comparaba. Un portero es el único actor del teatro de los 11 preparado para lo imprevisto. No sabemos si el lector seguirá comprando nuestra entrada o le parecerá fría la grada. Nuestro objetivo es que vuelva a sentirse como el niño que vuelve a casa después de haber hecho su primer regate. Como el joven que vio por primera vez a su equipo levantar una copa. Como el adulto que sonríe cuando su hijo le narra el gol del recreo.

Puede que el fútbol no resuelva ninguno de los problemas de la sociedad actual. Pese a todo, como dice el poeta granadino Luis García Montero: el fútbol “son noventaminutos en un vaso de agua, pero a mí me han quitado muchas veces la sed”.

sítio aqui



No nº 3 da revista, um interessante entrevista
(que pode ser lida aqui) a Claudio Tamburrini,
guarda-redes do S. Lorenzo de Almagro          

(e membro desde 1972 da Federação Juvenil Comunista),
que esteve detido e foi torturado pela ditadura argentina durante 120 dias.

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