(...)« El problema no es que el mundo cambie a cada vez mayor velocidad, sino
que todo lo habido sea inmediatamente relegado al absoluto olvido. Hay
una fecha de caducidad cada vez más corta para cuanto sabemos y hacemos.
Lo que hoy es “tendencia” será probablemente ignorado dentro de cinco,
diez años con suerte. La acumulación se ha barrido, y la conservación no
digamos. Eso me lleva a recordar una frase de Gabriel Marcel que le oí o
leí a mi padre: “S’il n’y avait que les vivants, la terre serait
inhabitable”, o “Si no hubiera más que los vivos, la tierra sería
inhabitable”. No sé el contexto, pero no me hace falta para entenderla. Y
sin embargo es a eso a lo que vamos y se procura ir: a que no quede
rastro de lo que una vez sucedió o se supo, ni de los muertos, del
confortable pasado que nos alivia a veces y nos ayuda a sostenernos, y
nos enseña que hubo tiempos, si no mejores por fuerza, sí distintos de
los nuestros, y que podrían volver por tanto. Acaso tiempos más
inteligentes o más libres, más cuerdos o menos mediocres. Hoy parece que
la intención sea borrar cuanto nos precede, a velocidad de vértigo. Que
en la tierra no vivan más que los vivos, y sólo si son muy recientes.»
a ler na íntegra aqui
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