« (...) Es imposible imaginar los últimos cuarenta años sin que el rostro de
esta mujer no haya sido el referente de una fascinación colectiva.
Cuando la política se abría a la libertad y una generación de artistas
jóvenes creía que las cosas podían cambiar creando y luchando, Ana
Belén, sin perder la seducción, estaba siempre donde había que estar,
donde se esperaba que estuviera: en la huelga de actores, en los mítines
anti-Otan, detrás de las pancartas de No a la Guerra, en los
manifiestos contra la represión. Ella era de los nuestros, se decían los
políticos progresistas. Formaba una misma barra con Víctor Manuel,
Serrat, Miguel Ríos, Sabina, Aute. Sin perder el swing, sin
gritar ni descomponer la figura, se había apuntado al Partido Comunista,
que era el puerto natural donde recalaban contra Franco todos los
inconformistas, rebeldes, visionarios y compañeros de viaje.(...)
Bonita voz. Grande resistente.
ResponderEliminarUm beijo.